martes, 12 de enero de 2010

Leo fue sometido a un extraño ritual, pero escapó


Leo se despertó débil y aturdido en un modesto rancho. No sabía dónde estaba ni quién lo había traído hasta allí. Pero poco a poco fue conociendo a sus captores: una anciana curandera llamada Asunción y su hijo Sixto, un muchacho con un evidente problema mental. Leo les suplicó que lo dejaran ir, pero ellos consideraron que su llegada es “una señal de Dios”. Para esta gente, el mayor de los Sosa era “un enviado”.


Y, para “congraciarse con la divinidad”, decidieron someter a Leo a un extraño ritual: lo ataron de pies y manos a unas estacas mientras Asunción recitaba un extraño e inentendible mantra.


Más tarde Leo pudo engañar a la curandera para poder escaparse. Le pegó con un palo en la cabeza al hijo y pudo irse, pero estando muy cansado.

     ¿Conseguirá Leo escaparse y llegar a su casa? ¿Podrá encontrarse con su familia?

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