Con la aparición de Leo, los hermanos Sosa vuelven a estar juntos. Ahora nadie podrá separarlos.
Pero lo que el mayor desconoce es que su madre está viva. Y que Segundo y Enzo saben su paradero. Precisamente serán ellos dos los que propicien el gran encuentro familiar.
Conducirán a Leo hasta la casa de Elisa. Ella, por supuesto, ni se imagina la sorpresa que le espera. Cuando finalmente ve a Leo, no puede contener las lágrimas. Él simplemente corre a abrazarla. Segundo y Enzo también se suman. Veinticinco años después madre e hijos vuelven a estar juntos. Ahora sí están convencidos: Laureano no pudo -ni podrá– con ellos.
martes, 12 de enero de 2010
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